Sentimientos a Flor de piel fue una escritura, para mí, amable. ¿Amable?, sí. En él pude expresarme a pierna suelta o, en este caso, a pluma suelta. Estaba en una profunda desesperación después de sufrir uno de esos «shocks» en que el descarte y la manipulación psicópata me dejaron sumergida en una confusión un espacio de tiempo largo.
Esta escritura me sirvió para dos cosas: 1- Para sacar de mí toda la frustración y resentimiento que sentía y 2-Para darme cuenta que la escritura tiene un súper poder terapéutico para liberar el alma de las cargas inesperadas y dolorosas.
Fue el primer libro en el que traspase la frontera de mi» terreta» y con el que conocí a gente de gran valor humano a través de su trayectoria. Sentimientos a Flor de Piel enamoró a mucha gente y, sin embargo a mi, me sirvió para abrir los ojos, darle una vuelta a los asuntos del amor y dame cuenta que, entregarme a él de manera inmadura emocional y sentimentalmente y por completo, es uno de los grandes errores al cual le estoy muy agradecida por todo lo que con ello aprendí y, lo más importante, desaprendí.
Escrito de una manera muy coloquial (mi experiencia y trayectoria era muy corta y poco sabía de la escritura intimista), junto con las buenas críticas que recibí de muchos lectores, podría decir que llegó al corazoncito de aquellos y aquellas que estábamos pasando por un momento delicado a la par que conjunto. Tal vez, y para mí, Sentimientos a Flor de Piel no sea un libro digno de entregar a un concurso o especificarlo como «de los mejores» pero me quedó la gran satisfacción de sí pertenecer al grupo de los libros y las obras que unieron al lector/a y a la escritora, en un mundo interno distante del inhumano en el que a veces, pegamos nuestras suelas al cemento como si no hubiera más salida.
¿Qué encontrarás en Sentimiento a Flor de Piel? cómo diría Lolita: «tu acento, tu esencia, tus raíces».
